martes, 14 de diciembre de 2010

COMUNICADO ANTE EL AÑO EUROPEO DE LUCHA CONTRA LA POBREZA Y LA EXCLUSIÓN SOCIAL

CONSEJO DIOCESANO DE ACCIÓN CATÓLICA
Diócesis de Orihuela-Alicante

La Unión Europea ha designado el 2010 como Año Europeo de lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social. Partiendo de los principios europeos de solidaridad y cooperación, tiene como objetivo transmitir el compromiso con las personas que sufren la pobreza y la exclusión, fomentando la participación activa de los ciudadanos y promoviendo el acceso efectivo de quienes se ven afectados por esa situación a derechos sociales, económicos y culturales y a recursos suficientes, así como a servicios de calidad.

Como creyentes en el Dios de la vida no podemos permanecer indiferentes ante el hecho constatado por informes de Cáritas que nos indican que un 20% de la población española está por debajo del umbral de la pobreza. Si “los gozos y la esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón.” (Gs, 1) nos debemos sentir especialmente convocados a secundar la iniciativa de la Unión Europea.

Como laicos comprometidos y corresponsables en la acción evangelizadora de la Iglesia somos conscientes de que el campo propio de nuestra acción está en “ el dilatado y complejo mundo de la política, de la realidad social, de la economía, así como también de la cultura, de las ciencias y de las artes, de la vida internacional…….” (CFL 23 y Ev Nun. 70).

Así lo ha entendido nuestra Iglesia Diocesana cuando en el recientemente celebrado Congreso de Laicos nos ha enviado a ser Iglesia “en el corazón del mundo” y así lo proclama nuestro Plan Diocesano de Pastoral cuando, tras sucesivamente invitarnos a revitalizar nuestras parroquias como “familia”, “casa” y “mesa”, ahora nos pide “una presencia significativa en la calle”.

Nuestro Plan Diocesano nos invita a estar en la calle como espacio de cercanía y de proximidad, y precisamente ahí es donde nos encontramos cada día más con las personas que sufren las consecuencias de una crisis provocada porque “el provecho se ha considerado como el motor esencial del progreso, la concurrencia como la ley suprema de la economía, la propiedad privada de los medios de producción como un derecho absoluto sin límites ni obligaciones sociales” (PP, 26), olvidándonos de que “el desarrollo económico y el progreso social deben ir juntos y acomodarse adecuadamente” (MM, 73).

Como Movimientos de Acción Católica nos sentimos apostolado oficial de la Iglesia (AA, 20), y como tal, siguiendo sus enseñanzas sentimos como propio que “el amor por el hombre, y en primer lugar por el pobre, se concreta en la promoción de la justicia (CA 58), que esa lucha por la justicia la hemos de realizar desde la opción preferencial por los pobres (SRS, 42) pues consideramos con Benedicto XVI que “ dar de comer a los hambrientos (cf Mt 25,35.37.42) es un imperativo ético para la Iglesia universal” (CV 27).

Por ello queremos hacer nuestro el llamamiento de la Unión Europea y nos comprometemos a unirnos a todas aquellas iniciativas sociales y/o eclesiales que promuevan el que las medidas que se adopten para salir de la actual crisis económica que padecemos no sean a costa de debilitar a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad, para lo que debemos recordar a nuestros gobernantes que “el primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad: “Pues el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico y social” (CV 25) , y a luchar por una sociedad más justa y solidaria.

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